Centro Integral de Formación Educativa
Quienes enseñan emprendimiento viven una mezcla curiosa:
aman hablar de ideas, modelos de negocio, prototipos y pitch; acompañan equipos que llegan con un bosquejo y se van con algo más claro. Pero muchas veces sienten que su trabajo se queda en “taller motivacional” o en “charla inspiradora”, aunque en realidad ya construyen procesos completos con sus grupos.
La certificación EC1409 – Enseñanza del emprendimiento está pensada justamente para eso:
reconocer a las personas que planean, imparten y evalúan procesos de formación en emprendimiento con estructura clara, metodologías experimentales y criterios de evaluación bien definidos.
Este estándar toma en cuenta, entre otros aspectos, cómo:
elaboras la planeación de la enseñanza del emprendimiento: título del curso, objetivo general, duración, modalidad, temas, tipo de participantes, recursos y tipos de evaluación;
preparas planes de sesión con objetivos cognitivos, actividades, tiempos, técnicas activas y formas de evaluar;
verificas recursos, inicias la sesión explicando objetivos y criterios, facilitas el tema usando metodologías ágiles/experimentales (iteración, prototipado, testeo), acompañas a los equipos y cierras con conclusiones e información complementaria;
orientas de manera personalizada a cada participante respecto a su proyecto: problema, solución, clientes, recursos y herramientas;
aplicas evaluaciones diagnósticas, formativas y sumativas sobre el aprendizaje y sobre el curso mismo.
Con la certificación pasas de:
“Comparto lo que sé de emprendimiento” → a “estructuro procesos formativos que se pueden replicar y medir”.
Trabajar a partir de presentaciones dispersas → a contar con planeaciones y sesiones diseñadas con intención pedagógica.
Depender solo de la percepción del grupo (“me gustó el taller”) → a tener instrumentos formales de evaluación de aprendizaje y del curso.
Verte solo como “alguien que sabe emprender” → a reconocerte como facilitador(a) profesional de la enseñanza del emprendimiento.
No se trata de apagar la inspiración,
sino de darle un esqueleto sólido: que la chispa emprendedora se acompañe con diseño instruccional, evaluación y metodologías que lleven a tus participantes de la idea a la acción.